Hoy, mientras miraba las menciones de @Ejidoglobal en Twitter, me encontré con un mensaje de un profesional de turismo que hacia un llamado de atención y una corrección sobre una de nuestras entradas en el Blog de Ejido Asesores.
El titulo de nuestra nota en el Blog es: “Turismo Sexual: de la Conciencia a la Acción”. La misma fue publicada el día 01 de julio, y fue redactado por Florencia Rial, excelente estudiante de turismo, quien actualmente está realizando su pasantía profesional en Ejido Asesores.
El tweet aleccionador, vinculado con este artículo, dice lo siguiente:
@EjidoGlobal deberíamos dejar de hablar de «turismo sexual», no podemos aceptarlo como modalidad, sino de «explotación sexual en turismo»
Sin dudas la corrección y respuesta es contundente y acertada, al menos para quien solo lee el titulo. Cuando se avanza en la lectura de la nota, Florencia Rial, claramente menciona y aclara que es “lo que se conoce” como Turismo Sexual dando, luego, la definición consensuada y adoptada por la OMT y validada y difundida por los países que luchan contra este flagelo.
Es bienvenido el comentario ya que, personalmente, me permitió reflexionar sobre las definiciones y conceptualizaciones que creamos y utilizamos en el ámbito profesional. Algunas, como en este caso, pareciera que están mas enfocadas en evitar la contaminación de la imagen de la actividad turística que en enfrentar el tema en cuestión. Pero es lógico que se genere confusión dado que las modalidades turísticas, en general, se conforman por la palabra “turismo”, seguida del elemento que caracteriza la práctica, por ejemplo: Turismo gastronómico, Turismo Rural, Turismo cultural, etc.
Esto me llevó a buscar en Google el uso del término “Explotación sexual en turismo” y observé que los primeros resultados están enfocados en la definición, es decir en como conceptualizar el problema, y en declaraciones y campañas que buscan prevenir y proteger a las victimas.
Por otro lado, al emplear el término de búsqueda ¨Turismo Sexual¨, en los primeros resultados, con excepción de la definición de Wikipedia, se puede encontrar una serie de hechos y situaciones, concretos, contundentes y aberrantes.
No caben dudas sobre la sinceridad y honestidad intelectual de quienes han trabajado en la construcción de este concepto y hoy lo siguen haciendo comprometidos con la sensibilización.
Pero también me pregunto si no nos debemos una reflexión sobre la efectividad de los objetivos y de las medidas en materia de sensibilización ya que los hechos y las definiciones parecen caminar por sendas diferentes. Estos espacios nos invitan nuevamente a generar intercambios y aprendizaje en materia de acciones de comunicación y desarrollo. Cuando los límites son delgados es importante profundizar en la investigación y comprender las estrategias que las enmarcan.
Autor: Leonel Villella