El arquitecto Michael Reynolds construyó en Ushuaia la primer Nave Tierra de Sudamérica.
Las Earth Ships, como mencionamos anteriormente en este blog, son casas fabricadas con basura reciclada y están pensadas para funcionar en forma sustentable. El principal material son neumáticos rellenos de tierra que le dan forman a las paredes. Es un sistema que permite utilizar la masa termal interior para mantener una temperatura confortable. Las casas cuentan con sistemas de reutilización integral de agua y de tratamientos cloacales.
Con su compañía Earthship Biotecture of Taos, viajan por distintos lugares del mundo para construirlas y así continuar lo que inició en 1978 junto a su familia en Nueva México donde comenzó la construcción de un poblado con la marca Reynolds que luego se convirtió en una comunidad.
En algunos casos, las casas fueron fabricadas en sitios sacudidos por tragedias climáticas como Haití, Islas Andamán (India) o Nueva México; o con graves crisis habitacionales como Sierra Leona. El punto en común es que todas las Nave Tierra son autosuficientes en un 80%; contienen invernaderos que proveen todo tipo de frutas y verduras y un complejo sistema de filtrado de agua.
La construcción de la casa en Ushuaia comenzó el 6 de enero, y terminó los primeros días de febrero. Allí llegaron por intermedio del municipio de Ushuaia y a través de la ONG Grupo Naturaleza Aplicada a la Tecnología. Esta Nave Tierra bautizada como Tol-Haru funcionará como un centro de exposiciones.
Además Reynolds realizó una academia teórica y práctica con 50 alumnos de todo el mundo que fueron seleccionados por el arquitecto. El grupo recibió una capacitación intensiva sobre la metodología y la técnica de este concepto ecológico para profundizar el desarrollo de la construcción autosustentable. Entre los asistentes estuvieron dos jóvenes Qom argentinos que intentarán replicar el modelo dentro de su comunidad.
Para la fabricación de Tol-Haru el programa Ushuaia Recicla aportó 330 neumáticos, 3000 latas de aluminio, 5000 botellas de plástico y 3000 de vidrio. Como todas las Earth Ships tiene su propio sistema de ventilación y está diseñada para potenciar los recursos naturales disponibles. Por ejemplo, las ventanas dispuestas de cara al sol asimilan mejor la luz y el calor. La construcción, en forma de herradura, maximiza la iluminación natural. Los densos muros interiores, de neumáticos rellenos de tierra, proporcionan una masa termal que regula y aisla la temperatura cálida interior o fría exterior. Los muros interiores fueron fabricados de una estructura de latas unidas con estuco.
Tanto ésta como todas las Naves Tierra tienen capacidad de producir su propia electricidad a través de energía fotovoltaica y eólica que se almacena en baterías. Así las casas pueden contar con varias fuentes de energía, incluyendo la red de Internet.
El aprovechamiento del agua de lluvia y las aguas grises son principios básicos de estas construcciones. Los desechos orgánicos del inodoro reciben un tratamiento a través de un sistema de filtros y el agua es reutilizada en los invernaderos donde las plantas ornamentales y comestibles reciben todas las necesidades de nutrientes, humedad y calor. Ocurre lo mismo con el agua utilizada en la ducha. La lluvia y la nieve se depositan en cisternas y luego de ser depurada se utiliza para consumo personal.
Por la estética, ciertas comodidades que no posee y los costos similares a una vivienda de materiales convencionales, es poco probable que las Nave Tierra sean consideradas como la solución al problema habitacional que existe en algunas ciudades del país. Pero sí es factible que los sistemas aplicados en ellas se utilicen como alternativa para resguardar el medio ambiente.
Fuente: La Nación