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El turismo es una de las industrias de más rápido crecimiento en el mundo, entonces surge la pregunta: ¿Cómo la industria del turismo puede gestionar este crecimiento y reducir sus consecuencias menos sustentables?

Una prioridad clave para la industria del turismo sostenible es lidiar con el impacto de la aviación con sus emisiones de carbono. En la actualidad el turismo representa el 5 % de las emisiones globales – aproximadamente el 4 % del transporte (40 % de los de transporte aéreo y el 32% de los viajes en automóvil) y casi el 1 % del sector del alojamiento. Se pronostica que la demanda de transporte aéreo se duplique para el año 2050, y se prevé que las emisiones de carbono de los vuelos aumenten. La idea de hacer menos daño no es la respuesta.

Se considera posible desconectar crecimiento de la aviación con el crecimiento de las emisiones de carbono a través de la utilización de la tecnología de los futuros aviones, técnicas de vuelo mejor operacionales y de combustibles sostenibles. De ese modo se estima reducir las emisiones netas de CO2 en un 50% de los niveles de 2005 para el año 2050.

Uno de los mayores obstáculos de la gestión del turismo sostenible es la falta de herramientas reconocidas a nivel mundial para medir su impacto en los destinos. Si uno no conoce la dimensión del impacto, las soluciones y medidas paliativas pueden ser insuficientes. Se necesita una herramienta que evalúe el impacto del turismo en el ámbito de gestión de destinos.

La industria del turismo debe centrarse en los beneficios medibles de turismo. Los impactos sociales, económicos y ambientales deben ser evaluados. La industria podría entonces solicitar esta información a gestores de los destinos locales y comparar el rendimiento.

El papel de los consumidores en todo esto no debe pasarse por alto. Muchas personas adoptan “hábitos verdes”, pero el reto es fomentar hábitos ecológicamente racionales cuando están de vacaciones. Por otro lado, existen empresas que adoptan prácticas ecológicas solamente para ahorrar dinero, como es el caso de algunos hoteles que implementan un sistema de reutilización de toallas con el objetivo real de ahorrar el uso de agua, energía y jabón, en lugar de hacerlo por el cuidado del medioambiente.

La pregunta para los destinos turísticos sería: ¿desean utilizar el turismo para beneficio de la comunidad local o quieren ser utilizados por el turismo?

Fuente: The Guardian