Como resultado del avance tecnológico y del advenimiento de una sociedad capitalista, se plantea la necesidad de conocer la nueva realidad que ha comenzado a estructurarse en el ámbito turístico.
El mundo ha entrado en una gran etapa de cambios y que influyen a la actividad turística. El turismo es la actividad que seguramente permitió a la humanidad anticiparse a esos cambios.
Esta etapa, más conocida como Posturismo, ha logrado la ruptura con las formas anteriores de turismo. Este cambio radical pone fin a las normas tradicionales para pensar en nuevas alternativas.
El posturismo constituye un nuevo modelo y como tal que requiere un nuevo paradigma: valores, metodologías y técnicas.
Las características fundamentales de la etapa posturística son:
- Nulo o mínimo contacto con la población local. Este es el caso de los resort, cruceros, parques temáticos y otros que tienden a aislar al turista de la realidad local.
- Uso intensivo de la información que se constituye en clave. Es un recurso estratégico tanto para el análisis del mercado, de la competencia, tendencias, demanda, etc.
- Gran sentido lúdico. Es un turista activo, más participativo, que requiere de diversión, y entretenimiento permanente.
- Se puede desarrollar en áreas súperdelimitadas. Estas garantizan mayor seguridad y mayores experiencias y en menor tiempo.
- Menor condicionamiento, por el avance tecnológico que permite crear productos artificiales para el desarrollo.
- Más empresas virtuales: y se realizan compras a través de sitios web.
- Personal hipercalificado con multicapacidades, esto significa que dentro de una empresa cada uno entiende de cada una de las actividades que la integran y en caso de ser necesario, podrá desempeñarlas.
- Organismos de gobierno capacitados técnicamente. Se lleva a cabo la cooperación público-privada.
- Mayor segmentación de mercado basada en estilos de vida. No tanta importancia a la segmentación socio-económica y más importancia en el tipo de actividades que quieren realizar los turistas.
- Seguimiento permanente de proyectos. Esto significa que si la demanda cambia permanentemente, la actividad también debe hacerlo.
Si bien se está transitando esta nueva etapa, no se dejan de lado las anteriores. En todo caso, se trata de una sumatoria de experiencias: seguirán existiendo los destinos y productos tradicionales, pero estos pueden o deben sufrir adaptaciones, y se sumarán a las nuevas alternativas.
Fuente: MOLINA, S. (2000), Posturismo, Editorial Tesis Económicas, México.