Las primeras empresas y residentes han comenzado a llegar a Tianjin Eco-city, la ciudad sostenible más grande del mundo. Un proyecto conjunto de los gobiernos de China y Singapur que pretende dar soluciones económicamente viables al problema de la degradación medioambiental y la superpoblación .
Hasta el momento están listos 8 kilómetros cuadrados y ya residen 200 familias en el complejo. Se estima que en 2020 toda la ciudad deberá estar finalizada y a pleno rendimiento: albergará 350.000 habitantes y su extensión será de 30 kilómetros cuadrados, cuando la ciudad de Buenos Aires tiene 220 km2. El costo final será de 50.000 millones de yuanes (9.700 millones de dólares).
Desde el principio en este proyecto se han desarrollado indicadores de funcionamiento muy claros en los que se definen distintos aspectos de sostenibilidad esperados.
Existen objetivos planteados. El 60 % de los residuos serán reciclados en una planta contigua a la ciudad, el transporte rodado se reducirá en un 90% en comparación con una urbe del mismo tamaño y el 20% de la energía se generará mediante turbinas eólicas, paneles solares y energía geotérmica. También el aire acondicionado será 100% natural, gracias a distintos túneles de ventilación ubicados a lo largo del subsuelo.
Las veredas y los complejos de viviendas están presididos por enormes turbinas eólicas; gran parte de la iluminación pública se alimenta con paneles solares, presentes también en tejados y parques. Cada edificio cuenta con contenedores de basura especiales: una vez lanzado el residuo, éste circula por tuberías subterráneas hasta la planta de reciclaje, donde todo es procesado. No existen las estaciones de servicio: el depósito público de colectivos cuenta con nueve cargadores eléctricos para asegurar el suministro.
Al inicio del proyecto, en 2008, el gobierno chino exigió dos requisitos a Tianjin Eco-city: que se construyera en un lugar cuya tierra fuera no cultivable y cuyos recursos acuíferos estuvieran contaminados. Cuatro años después, lo que fuera un extenso y yermo erial es un lugar lleno de vegetación y crecientes recursos hídricos aptos para uso humano. Esta ciudad sostenible está siendo admirada y tomada como ejemplo a nivel mundial.
China no sólo trata de ser más «verde», sino de dar respuesta al tremendo desafío energético al que se enfrenta, ya que es un país con escasos recursos naturales más allá del carbón y cuya población aumentará en 300 millones de personas en 2050.
A pesar de los esfuerzos, China tiene mucho que mejorar: es el primer emisor de carbono del mundo y posee uno de los mayores índices de polución atmosférica. Además, tres de cada cuatro de sus ríos y mares también están contaminados.
Para más información: www.tianjinecocity.gov.sg