Foto: «Yacutinga Lodge» distinguido con Rain Forest Alliance y Green Leader de Tripadvisor.
Cada vez es más frecuente que los establecimientos turísticos se promocionen a través de sus políticas ambientales o las acciones que toman a favor de la sustentabilidad. En sintonía con esto, existe una creciente tendencia por parte de los clientes a considerar estos factores a la hora de elegir un destino, un hotel o una compañía. Pero, ¿cómo saber si las declaraciones son parte de un compromiso real con su entorno?
Algunos de los indicadores más visibles son los que están relacionados con el uso responsables de los recursos energéticos y naturales. En ese sentido, la utilización de fuentes de energía independientes de la red, como paneles solares o turbinas eléctricas, el uso de lámparas de bajo consumo, son claros ejemplos compromiso con el cuidado ambiental. También dosificar la frecuencia en el lavado de los blancos, en los casos que corresponda, además de priorizar el uso de duchas por sobre las bañeras.
Otro elemento relevante, es el origen de los ingredientes utilizados para elaborar los menús: el propio cultivo de frutas y verduras, o incorporar a productores y comerciantes locales como proveedores favorecen el desarrollo en el destino. En la misma clave, emplear vegetación autóctona para la ambientación de hoteles no sólo favorece su integración, sino que optimiza el cuidado del jardín en las condiciones propias del lugar. A su vez, se destaca el uso de sistemas de recuperación y reciclaje de aguas residuales y de sistemas de riego eficientes.
En relación con el compromiso con la comunidad local, Richard Hammond -fundador de la consultora Greentraveller– afirma que “los buenos hoteles sostenibles son aquellos que dan a los huéspedes la oportunidad de entrar en contacto con la comunidad local y apoyarla en su desarrollo”. El número de hoteles y cadenas involucradas con su entorno por medio de programas de educación, salud y nutrición va en aumento, y le da un nuevo sentido a la experiencia de viaje, que puede ser para el viajero, además de un tiempo de disfrute y descanso, una ventana hacia la mejora del mundo en el que vivimos.