El turismo es una actividad especialmente expuesta a los efectos del cambio climático. Algunas de las modalidades de turismo presentan una alta vulnerabilidad ante el calentamiento térmico planetario y sus procesos asociados.
El aumento de temperaturas y la reducción de precipitaciones son los procesos que han tenido preferencia en la transmisión de los efectos del cambio climático. Sin embargo, otras consecuencias del cambio climático son menos conocidas: el incremento de extremos atmosféricos y la pérdida del confort climático.
El turismo debe aproximarse al problema del cambio climático con la necesidad de transmitir la realidad de un fenómeno complejo y con la responsabilidad de evitar posturas extremas (cambio drástico de destinos, desaparición del modelo de “sol y playa”, etc.) que pueden crear descreimientos o afianzar irresponsables actitudes “negacionistas” basadas en la carencia de manifestaciones evidentes en la actualidad de un proceso que se desarrollará a medio y largo plazo. La puesta en marcha de medidas de reducción y adaptación al cambio climático evitará la pérdida de competitividad de los destinos turísticos.
A continuación compartimos el documento completo escrito por Jorge Olcina Cantos, de la Universidad de Alicante:
Fuente: Universidad de Alicante