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Barrios y ciudades enteras corren el riesgo de perder habitantes y negocios tradicionales, que son sustituidos por turistas y establecimientos dedicados a ellos. Sería un proceso de “gentrificación turística” que amenaza destinos como Venecia o Barcelona. En el caso de otros como Nueva York, ya intentan ponerle remedio.

La Fundación del Español Urgente (Fundeu) define dicho concepto como “una adaptación adecuada al español del término inglés “gentrification, con el que se alude al proceso mediante el cual la población original de un sector o barrio, generalmente céntrico y popular, es progresivamente desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor. La palabra inglesa gentrification” deriva del sustantivo “gentry”, que puede traducirse como alta burguesía, pequeña aristocracia o gente de bien.

En cualquier caso, este concepto guarda muchas similitudes con algunos procesos de transformación urbana que ya están afectando varios destinos turísticos, a veces con carácter irreversible.

Un caso paradigmático es Venecia, una ciudad de 57.000 habitantes que cada año recibe 22 millones de turistas. Con el paso de los años, la vida cotidiana fue haciéndose cada vez más difícil para los vecinos, que veían cómo iban cerrando negocios de artesanía, comercios, pequeñas empresas, colegios y servicios públicos que fueron sustituidos por hoteles, restaurantes y tiendas de souvenirs. Todo al servicio de un visitante que daba más rendimiento económico. Esto conllevo a que Venecia pierda población año tras año.

En la actualidad más de un millar de cruceros hacen escala en Venecia  cada año. Los vecinos de Venecia intentan resistir a la invasión de turistas, y se han organizado para evitar el ingreso de cruceros grandes por la laguna y los canales. Son varios los motivos que originan las protestas: la contaminación que causan los cruceros, la agresión visual que supone el paso de estos buques, los daños que el oleaje pueda causar a largo plazo sobre el frágil patrimonio histórico, etc.

En la actualidad, el Gobierno italiano planifica una nueva ruta para evitar el paso de los cruceros tan cerca del centro histórico, lo que requerirá excavar un nuevo canal. De momento, la World Momuments Fund (WMF), una organización independiente dedicada a la protección del patrimonio, ha incluido a Venecia en su lista de lugares que tienen que ser vigilados y restaurados “antes de que sea demasiado tarde”.

THE VENICE SYNDROME – TRAILER from filmtank on Vimeo.

En Asia, por ejemplo, muchos países pugnan por asegurarse un cuota del mercado emisor chino, con cifras récord en viajeros y gasto. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), en 2013 China encabezó por segundo año el ranking de países emisores de turistas que más gastan en viajes al extranjero.

Pero también hay una parte negativa tras el boom del turismo chino, el llamado turismo de hipermasas. En la propia China, en el afamado río Li, por ejemplo, los barcos para turistas suelen formar una flota de 50 naves una detrás de la otra, imposibilitando cualquier sensación de intimidad. O en las calles de Yangshuo, las multitudes invaden el lugar desde primeras horas de la mañana hasta la noche, generando ruido, desperdicios y atrayendo vendedores de las áreas rurales.

Y es que numerosos puntos de interés turístico en China tienen que ser compartidos con miles de visitantes. Viendo lo que ya está sucediendo en China, algunos operadores turísticos de otros países asiáticos apuntan a educar a las agencias de viajes para reevaluar el mercado chino, sosteniendo que no todos los destinos pueden ser abiertos al turismo de grupos de China.

Mañana compartiremos el caso de Barcelona y Nueva York.

Fuente: Hosteltur