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La vida en el espacio combinado entre lo digital y lo físico conlleva determinados retos. Sí, se trata de un fenómeno global, pero en Latinoamérica está desarrollándose de forma muy particular. Ahora, los latinoamericanos conectados esperan obtener soluciones innovadoras y efectivas que los ayuden a gestionar, controlar, filtrar y dar forma a sus relaciones con la conectividad.

La hiperconectividad ha dado el poder a millones de personas para vivir vidas mejores, sin embargo, la vida “casi siempre conectada” es un desafío. Ahora, los consumidores esperan «gestión de su vida conectada»: soluciones innovadoras que los ayuden a balancear su tiempo online, protejan su privacidad y gestionen sus comportamientos online.

Los consumidores en Latinoamérica están abiertos a consejos y herramientas que los ayuden a gestionar sus conexiones. Algunas marcas y gobiernos de toda América del Sur y Central están ayudando a los consumidores a gestionar sus propias vidas.

Existen 3 factores que hay que considerar: el balance de la conexión, la seguridad virtual, y la netiqueta 2.0 (respuestas personalizadas al comportamiento online de la región).

En 2013, América Latina experimentó un incremento mayor en ventas de teléfonos inteligentes que cualquier otra región. Las ventas crecieron un 96% en el cuatro trimestre de 2013. Por ello, el balance de la conexión es algo que se busca alcanzar con mayor frecuencia a través de distintas herramientas y servicios que los ayuden a gestionar el tiempo de conexión. Por ejemplo, la marca brasileña de cerveza Polar creó un aparato refrigerador portátil que al  insertarse la botella anula la señal de celular, para que en un bar se generen conversaciones dejando el teléfono móvil de lado.

Otro caso es Wok, un restaurante colombiano que  anima a sus clientes a dejar sus teléfonos inteligentes y tener conversaciones cara a cara. Castillo de Molina, una marca de vinos recompensa a los clientes de restaurantes que «estacionan» sus teléfonos móviles. En Argentina, Macanudo Bar Hostal ha implementado un jarrito»phubbing» en cada mesa, donde los que se sientan deben colocar el teléfono allí y cerrar el jarro para incentivar la comunicación cara a cara y quienes no se tienten de abrir el frasco obtienen descuentos o regalos al abonar la cuenta.

Mañana te comentaremos sobre la seguridad virtual, y la netiqueta 2.0.

Fuente: Trendwatching