Hoy se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza con el propósito de promover mayor conciencia sobre las necesidades para erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular en los países en desarrollo. La Organización Mundial del Turismo (OMT) hace varios años trabaja para atenuar la pobreza en el mundo a través de la actividad turística.
Con el fin de proporcionar beneficios reales a los pobres, es necesario tener una visión clara de las distintas formas que permiten canalizar los gastos de los visitantes y las inversiones asociadas a ellos hacia unos mayores ingresos y una mejor calidad de vida para las personas en situación de pobreza. De este modo se garantizará que todas las posibilidades de obtener beneficios han sido debidamente consideradas y aprovechadas de manera eficaz.
La publicación “Turismo y atenuación de la pobreza: recomendaciones para la acción” el Programa ST-EP de la OMT presenta 7 mecanismos diferentes mediante los que los pobres pueden beneficiarse directa o indirectamente del turismo:
1. Empleo de los pobres en las empresas turísticas
Este mecanismo implica tomar medidas para aumentar el número de pobres que trabajan en empresas turísticas. La relación entre las empresas turísticas y el empleo de la población local es simbiótica, puesto que ambas partes obtienen considerables beneficios, lo que ayuda a luchar directamente contra la pobreza permitiendo que los pobres desarrollen sus propias habilidades y que un mayor número de personas se beneficie directamente, a la vez que se mejora la calidad del servicio. Es importante fomentar la educación y la formación de forma que los pobres puedan responder a estas oportunidades y se elimine cualquier barrera social o cultural.
2. Suministro de bienes y servicios a las empresas turísticas por los pobres o por empresas que los empleen
Una de las condiciones fundamentales para conseguir reducir la pobreza es garantizar que los bienes y servicios de la cadena de suministro del turismo tengan, en lo posible, siempre origen local. El objetivo es aumentar al máximo la porción del gasto turístico que se queda en las comunidades locales e implicar a los pobres en el proceso de suministro. Este tipo de medidas ayuda a mantener las formas tradicionales de las actividades y habilidades rurales, a mejorar la calidad e identidad de los productos turísticos locales y a establecer fuentes estables de negocio.
3. Venta directa de bienes y servicios a los visitantes por los pobres (economía informal)
Una de las principales formas en las que los pobres intentan obtener ingresos de los turistas es vendiendo directamente productos y servicios, tales como frutas, artesanía o giras guiadas. Cuando los visitantes se comprometen con esta economía informal, puede tratarse de una exitosa vía directa para proporcionar ingresos a los pobres, que además aporta a los visitantes una experiencia singular muy satisfactoria. Es importante facilitar información a los turistas sobre los productos locales disponibles así como informar a las poblaciones locales para garantizar que sus productos cumplen las necesidades de calidad de los visitantes.
4. Creación y gestión de empresas turísticas por los pobres – por ejemplo, microempresas, pequeñas y medianas empresas (MIPYME), o empresas de base comunitaria (economía formal)
Este mecanismo implica la creación y gestión por los pobres de empresas turísticas más formales, ya sea individualmente o en el ámbito de una comunidad. Puede tratarse de establecimientos de alojamiento, alimentación, transporte, establecimientos de venta al por menor, guías y entretenimiento. La creación de empresas en el ámbito local tiene grandes ventajas pues pone la gestión y el control en manos de la población local, puede garantizar inversiones a largo plazo y permite a las empresas determinar el grado de explotación necesario para atraer consumidores.
5. Aranceles e impuestos sobre los ingresos o beneficios del turismo cuya recaudación se destine a beneficiar a los pobres
Este mecanismo se refiere a los ingresos del turismo obtenidos por el gobierno nacional o local que se pueden utilizar para reducir la pobreza. Tiene la ventaja de que todos los pobres se pueden beneficiar del turismo sin estar directamente implicados en el sector. El volumen de ingresos estatales obtenidos del turismo que se dedique a la reducción de la pobreza dependerá de las prioridades y programas nacionales. Los aranceles o impuestos obtenidos localmente, por ejemplo mediante recaudaciones sobre las pernoctaciones o con un canon de entrada para áreas protegidas, se pueden utilizar a menudo en su totalidad o en parte para el beneficio de la comunidad. Es fundamental ser transparentes en la aplicación de los impuestos locales y consultar al sector privado para evitar frenar a la industria y a los viajeros imponiéndoles niveles de impuestos demasiado altos.
6. Donaciones y apoyo voluntario de las empresas turísticas y de los turistas
Las aportaciones voluntarias en dinero o en especies, ofrecidas por los visitantes o las empresas turísticas a los pobres, pueden servir para la reducción local de la pobreza. Diversos estudios han mostrado el deseo entre los turistas de entregar algo a cambio a la zona que han visitado. Muchas empresas turísticas también se han comprometido a aportar asesoramiento a la iniciativa de desarrollo en las zonas donde operan. Las ONG o los consorcios locales pueden colaborar a desarrollar mecanismos para la recogida y distribución de los donativos. Los planes que muestren efectos locales tangibles y claros e impliquen a la comunidad tienen muchas posibilidades de atraer patrocinadores y el apoyo de los visitantes.
7. Inversión en infraestructura, estimulada por el turismo, que beneficie también a los pobres de la localidad directamente o mediante el apoyo a otros sectores
El desarrollo turístico, en particular en una ubicación nueva, remota o rural, puede necesitar inversiones en nuevas infraestructuras, tales como carreteras, suministro de agua y energía, saneamiento y comunicaciones. Con una planificación cuidadosa, estas infraestructuras también pueden aportar beneficios positivos a los pobres, facilitándoles servicios básicos y abriendo nuevas y más rápidas rutas de acceso a los mercados. El principal desafío consiste en garantizar que el nuevo desarrollo turístico no consume recursos a expensas de las comunidades locales sino que, al contrario, les ofrece la posibilidad de acceder a ellos.
Fuente: OMT