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La Economía del Bien Común (en alemán Gemeinwohl-Ökonomie), es un proyecto económico abierto a las empresas y promovido por el economista austríaco Christian Felber que pretende implantar y desarrollar una verdadera economía sostenible y alternativa a los mercados financieros en la que necesariamente tienen que participar las empresas.

Es presentado como una alternativa tanto al capitalismo de mercado como a la economía planificada. El proyecto parte de unos criterios generales pero deber ser un modelo abierto que debe construirse entre todos sus miembros.

Muchas constituciones y normas legales recogen el principio según el cual la actividad económica debe servir a los intereses generales y en general al bien común o bien público. Sin embargo la realidad económica se separó hace más de 200 años de la filosofía moral.

La implantación de la economía del bien común equivaldría a adaptar la economía real capitalista (en la que priman valores como el afán de lucro y la competencia) a los principios constitucionales.

La Economía del Bien Común plantea un sistema basado en cinco principios fundamentales que representan los valores humanos: la dignidad humana, la solidaridad, la cooperación, la responsabilidad y la empatía.

En la economía real actual se mide el éxito económico con valores o indicadores monetarios como el Producto Bruto Interno (PBI) y los beneficios que dejan fuera a los seres humanos y al medio en el que vivimos. Estos indicadores no nos dicen nada sobre si sobreexplotamos el medio, si se respetan los derechos humanos, sobre las condiciones de sus empleados ni sobre lo que se produce ni cómo se produce. Y actúa a nivel de tres ámbitos principalmente: económico, político y social.

El Balance del Bien Común pretende cuantificar el grado de satisfacción de las necesidades humanas a nivel de empresas, mide como una empresa vive: la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social, la sostenibilidad ecológica, la democracia con todos sus proveedores y clientes. Se confecciona a partir de una herramienta denominada Matriz del Bien Común, que es una tabla de doble entrada:

  • En el eje horizontal se ponen los cinco valores antes citados, considerados fundamentales y que pretenden conseguir las empresas.
  • En el eje vertical se ponen los grupos de contacto de las empresas: Proveedores, Financiadores, Empleados, Clientes y Ámbito social. La sexta entrada vertical, son los criterios negativos, es decir, las actuaciones de las empresas que atentan directamente contra los cinco valores enunciados.

De la conjunción de las entradas horizontales y verticales se forman 17 criterios fundamentales de los que se obtienen unas puntuaciones, cuyo valor máximo del total son 1.000 puntos. Con este sistema conseguimos que las empresas sean comparables y que los consumidores tengan un criterio sostenible para distinguir.

Finalmente, la evaluación de esos valores podrá permitir al consumidor escoger los productos.

Este sistema está generando un gran interés como modelo alternativo para dar respuesta a la crisis y ya posee varios adeptos.

Para más información: www.gemeinwohl-oekonomie.org