El volcán Tungurahua, en el centro andino de Ecuador y en proceso eruptivo desde 1999, continuaba el domingo con una actividad entre moderada y alta, lo cual obligará a las autoridades a elevar el nivel de alerta de amarilla a naranja (previa a la roja, de máximo riesgo).
Según el Instituto Geofísico (IG), el macizo presenta actualmente una actividad considerada como moderada a alta, caracterizada por explosiones que están acompañadas de un constante tremor (señal sísmica) de emisión, bramidos de diferente intensidad y rodar de bloques por los flancos.
Durante las últimas 24 horas, las columnas de emisión alcanzaron una altura menor a 2 km sobre el cráter, mostrando un contenido de ceniza bajo y dirigiéndose hacia el occidente. En una población aledaña al Tungurahua («garganta de fuego» en lengua quichua) se reportó la caída de ceniza.
La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR, Defensa Civil) declaró la alerta naranja en todas las zonas de influencia del volcán una vez que el IG reportara que el 11 de agosto se inició un nuevo período eruptivo que ha ido escalando de peligrosidad. Esta declaración de alerta implica la inmediata activación de los Comités de Operaciones de Emergencia (COE) de las provincias de Tungurahua, Chimborazo, Pastaza y Bolívar.
La actividad del macizo, de 5.029 metros de altura y ubicado a 135 km al sur de Quito, alcanzó su mayor pico en 2006, causando seis muertos en una aldea de la provincia andina de Chimborazo. En 2010, las autoridades activaron la alerta roja frente a un recrudecimiento del fenómeno, que entonces forzó la salida de pobladores y turistas.
En los alrededores del Tungurahua se asientan varias poblaciones, como la turística Baños, cuyos 15 mil habitantes fueron evacuados a la fuerza en 1999 y pudieron regresar a sus casas después de un año.
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Fuente: Periódico El Nuevo Día