El «Solar Impulse», que funciona únicamente impulsado por la energía de los rayos del sol, aterrizó en Payerne, Suiza, después de recorrer 6.000 kilómetros durante su primer viaje entre Europa y África.
De esta manera, la nave completó su último vuelo entre Madrid y Payerne, donde arribó, después de realizar ocho vuelos que sumaron un total de 13 horas y 29 minutos entre Suiza y Marruecos.
Estas pruebas demuestran la posibilidad de volar día y noche con una energía completamente solar, y que de poder adecuarse, permiten pensar su aplicación en el transporte aerocomercial en un futuro, apostando a las energías renovables.
El «Solar Impulse» dispone de 12.000 placas fotovoltaicas que recubren sus alas de 63,40 metros de envergadura -equivalentes a las de un Airbus A340- y que alimentan cuatro motores eléctricos.
El aparato, que pesa 1.600 kilos como un vehículo de carga ligero, vuela a una velocidad media de 70 kilómetros por hora, y tiene en el interior de su cabina espacio para una persona sentada.
Esta campaña permitió a «Solar Impulse«, que trabaja junto a la empresa Masen, aumentar la conciencia sobre el potencial de la energía solar y apostar por un «plan pionero de energía solar» en Marruecos, cuyo objetivo es la construcción de una planta termosolar en la región de Ouarzazate.