Cuanto estarías dispuesto a pagar por un producto o servicios socialmente responsable con su entorno?
Esta es la pregunta que dispara un artículo publicado recientemente por Valor RSE AMIA, en donde se identifica al Marketing Verde como un nuevo insight para las marcas a nivel mundial, con un gran desarrollo en varios países desde hace décadas.
No hay dudas que es una tendencia y que los mismos consumidores comienzan a buscar actitudes responsables de las marcas hacia el entorno y los recursos que emplean, demandando acciones concretas en los procesos que desarrollan.
Philip Kotler definía hace tiempo el término ‘marketing social corporativo’, indicando que eran:
«Todas aquellas actividades que desarrolla una empresa o sector con el objetivo de lograr el compromiso de los consumidores hacia un determinado comportamiento de interés social, favoreciendo, al mismo tiempo y de forma directa, los intereses de la empresa en cuanto a su posición en el mercado y a su imagen».
De esta forma, las empresas adoptan una visión de responsabilidad integral, orientada a :
- La sociedad
- Los consumidores
- Con la empresa
En muchos casos, las empresas replantean su mirada sobre el producto e incluso su funcionalidad, pero sin dudas motiva a la innovación y mejora continua con el objetivo claro de influir positivamente en su entorno. Lo cierto es que para las agencias de publicidad, mercadotecnia y relaciones públicas el hacer marketing sustentable es también un reto e implica un aprendizaje que van dejando algunos datos a tener en cuenta:
- La percepción de los mexicanos respecto a la sostenibilidad: 71% y 51% considera que los productos sustentables no se adquieren por la falta de información y la disponibilidad, respectivamente;
- 19% dice que no hay nada que se pueda hacer para ayudar al medio ambiente y 41% son seguidores activos de los temas de responsabilidad social (Fuente: Haves)
Es necesario contemplar esta mirada responsable de los consumidores al momento de desarrollar nuevas propuestas y comunicarlas.
Los dejamos con un ejemplo interesante sobre la responsabilidad por el entorno en la fabricación de un elemento por demás contaminante: las bolsas.
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Fuente: www.valor.amia.org.ar